Más de 1.600 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y el planeta afronta un cambio climático debido al abuso de los combustibles fósiles, una doble realidad que la ONU pide que se aborde mediante una "revolución energética" para abrir el mundo a las energías limpias.
Crear una agenda mundial que permita esa transformación es el objetivo de los 500 expertos que se reúnen hasta mañana miércoles en Viena para intentar diseñar un futuro con menos emisiones contaminantes y con más "justicia energética".Así lo pidió ayer Kandeh Yumkella, director general de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), en la apertura del encuentro.
El diplomático sierraleonés destacó el "vínculo entre pobreza de ingresos y pobreza energética" y aseguró que el acceso a la energía es el "objetivo perdido", dentro de los Objetivos del Milenio de la ONU para reducir la pobreza y el subdesarrollo antes de 2015.
Yumkella afirmó que "acceso a la energía y cambio climático son dos caras de una misma moneda" y se refirió a la necesidad de una "revolución energética" que dé a los habitantes de los países en desarrollo acceso a la energía, al tiempo que se potencian fuentes alternativas, incluida la nuclear.
En ese sentido, indicó que entre las tareas de la ONUDI está evitar que los países en desarrollo cometan los mismos errores que las naciones ricas en su proceso de industrialización.
Se trata de una revolución que debe ser "dramática y ocurrir muy pronto", opinó Rajendra Pachauri, presidente del Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
Esa transición tendrá que hacerse contrarreloj, ya que, según este experto, "si se quiere estabilizar el aumento de temperatura (del planeta) en dos grados centígrados", el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero debe reducirse antes de 2015.
Además, recordó, hoy día ya hay muchos países en desarrollo que apenas pueden permitirse los precios del petróleo.
Los expertos reconocieron que en este cambio la actual crisis económica tendrá un impacto severo y ya se ha notado un reducción, en algunos casos de hasta el 40 por ciento, en las inversiones en energías limpias.
Este es un dato preocupante, ya que el director de la ONUDI indicó que esas reducciones de inversión industrial pueden tardar hasta cinco años en recuperarse."Por eso decimos que el mañana es hoy. Tenemos que empezar ahora", advirtió Yumkella, quien incluso vio en la crisis económica una oportunidad para esa "revolución de la energía verde".
Por su parte, Pachauri, que en 2007 recibió el Premio Nobel de la Paz en nombre del IPCC, recordó que, si se "siguen ignorando las señales de lo que está pasando, se van a producir crisis en diversas zonas del mundo".
Además, ambos representantes de las Naciones Unidas insistieron en que la inversión en energías renovables es una fuente de negocio y de empleo que puede ayudar a acelerar la recuperación económica.
Pachauri cifró en 50.000 millones de dólares al año la inversión necesaria para desarrollar nuevas formas de acceso energético, una cantidad que varios asistentes a la conferencia consideraron mínima, en comparación con los paquetes de rescate de empresas y bancos aprobados por los gobiernos occidentales.
El prestigioso economista señaló que se trata de que los países desarrollados establezcan sus "prioridades" y advirtió de que el mundo "tendrá que afrontar situaciones mucho peores" si no se toman medidas.
"No podemos seguir pretendiendo que nuestro estilo de vida es sostenible", sentenció.
En ese proceso, Yumkella expresó sus esperanzas en que la conferencia de la ONU que se celebrará en diciembre próximo en Copenhague cierre un acuerdo internacional para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y citó a Brasil como un ejemplo de aplicación de las actuales tecnologías para reducir las mismas.