lunes, 31 de agosto de 2009

CHILE: El Palacio de la Moneda utilizará energía solar y geotermia

El edificio, que es sede del Gobierno chileno, tendrá una profunda reforma e inversión. Como parte del Programa País de Eficiencia Energética, se instalará un sistema de calefacción en base a geotermia, y paneles solares para el agua caliente de las duchas de la Guardia de Palacio.

Según lo manifestado por el ministro de Energía, Marcelo Tokman, no sólo se trata de convertir al edificio en "eficiente y sustentable", si no en dar un mensaje de la decisión del Gobierno chileno de aprovechar energías no convencionales.

La instalación de paneles solares en el techo tendrá por objeto iluminar la fachada exterior del edificio, además de calentar el agua utilizada en duchas y lavamanos. Las luminarias exteriores serán LED, y tendrán un mecanismo que permitirá aumentar la iluminación y jugar con distintos colores de luces, según la ocasión.

En tanto, también se contempla la construcción de pozos subterráneos cerca de La Moneda, para instalar un sistema de climatización en base a energía geotérmica.

Según Tokman, estas medidas disminuirán anualmente en un 30 % el consumo de electricidad destinada a iluminación, y un 25 % del gas natural que se utiliza para el agua caliente. “Tendremos un ahorro en torno a los 80 millones de pesos anuales (unos 160 mil dólares -112 mil euros-)”, aseguró Tokman.

El proyecto, que será también desarrollado en otros edificios públicos, se enmarca en las obras para la celebración del Bicentenario de la independencia del país andino, que se cumplirá el próximo año.

Más información: http://www.cne.cl

domingo, 23 de agosto de 2009

Le Corbusier, el pintor

Celebrado como el gran abanderado de la modernidad tecnicista y racional, el arquitecto tuvo además inquietudes místicas y pictóricas. Desde el 1° de septiembre se exhibirán aquí sus obras, apenas conocidas por el gran público

Por Diana Fernández Irusta: dfernandez@lanacion.com.ar
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1164331

Me pregunto para qué pintar, si ya está Picasso." Y sin embargo...

El francosuizo Le Corbusier (1887-1965), autor de esta frase y conocido fundamentalmente por su aporte a la arquitectura moderna, desarrolló entre 1947 y 1953 lo que muchos consideran la mayor síntesis de su pensamiento arquitectónico... y de la potencia de su obra plástica. Se trata de un libro, el Poema del ángulo recto, que integra poemas de tono metafísico (" Un tiempo nuevo se ha abierto/ una etapa un plazo un relevo/ Así no nos quedaremos/ sentados junto a nuestras vidas" ) junto con collages, pinturas y dibujos. Preocupaciones espirituales y trabajo pictórico: dos aspectos casi impensables en un creador más bien identificado con los rigores del pensamiento racional. Pero nada parece ser tan simple cuando se trata de personalidades inquietas, cultivadas, capaces de transformarse a sí mismas hasta el mismo final.

Si bien su publicación constituyó un acontecimiento en el mundillo cultural de la Francia de los años 50, el Poema... fue durante mucho tiempo un material conocido sólo por especialistas. Algo que Juan Calatrava, director de la Escuela de Arquitectura de Granada, decidió modificar en 2006, al presentar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid todo el material gráfico (dibujos, pinturas, maquetas-collages, litografías, fotografías) relacionado con la obra. "Más que el descubrimiento del libro, se trata del descubrimiento de la importancia que tiene el libro", aseguró en aquel momento al diario español El País . Y lo reafirma hoy, próximo a presentar la misma muestra en Buenos Aires. Organizada por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, la Fundación Le Corbusier de París y la Universidad Nacional de San Martín, la exhibición se presentará en el Museo Nacional de Arte Decorativo [MNAD] y permitirá, según Calatrava, "hacer justicia a la figura de Le Corbusier en tanto artista plástico".

Espíritu y reflexión

Nacido Charles-Edouard Jeanneret-Gris en la Suiza francófona, se hizo llamar Le Corbusier (en alusión a corbeau , "cuervo") luego de establecerse en París alrededor de 1916, y se convirtió en el gran sinónimo de la arquitectura moderna tanto por su innovador trabajo ensayístico como por sus emprendimientos arquitectónicos. Sin embargo, cuenta Calatrava, "vivió toda su vida con la amargura de no ver reconocida su faceta plástica en el mismo grado que su faceta de arquitecto. Pero para él no había separación entre ambas actividades; de hecho, dedicaba la mitad de sus jornadas al estudio de la arquitectura y la otra mitad a su afición plástica. Con rigurosidad y tenacidad absolutas".

Fue recién hace unos 10 o 15 años que los especialistas comenzaron a prestar atención a la obra pictórica de Le Corbusier, que fue amigo de Fernand Léger, presidió junto con Matisse una asociación para la síntesis de las artes y para quien el trabajo plástico nunca constituyó un simple divertimento: "La suya es una pintura profundamente filosófica -explica Calatrava-, cargada de reflexión sobre el mundo, sobre la relación entre el macrocosmos del universo y el microcosmos del ser humano, sobre el papel del artista. Responde a unas preguntas muy angustiantes, que son los interrogantes del hombre del siglo XX ante la técnica, la guerra, la relación entre el mundo y el hombre". Si bien la fascinación por la modernización tecnológica marcó buena parte de su proyecto intelectual, alrededor de los años 30 Le Corbusier comenzó a replantearse algunas de estas posturas. El estallido de la Segunda Guerra y sus nefastas consecuencias lo devastaron. "La guerra quebró las certezas y seguridades ideológicas de muchos intelectuales -afirma Calatrava-. En el caso de Le Corbusier, vira de una fe absoluta en la máquina y en la tecnología hacia una atención cada vez mayor a lo local, a lo histórico, a todo lo que no es mensurable técnicamente, sino que es espiritual."

El proceso implicó un desplazamiento geográfico. Argel, Niza, la cultura mediterránea, comienzan a integrarse en una búsqueda del lenguaje de la luz y la sombra que, además, sería una indagación poética y espiritual. "Considerado su testamento vital y artístico, el Poema del ángulo recto contiene la idea de la obra global -prosigue Calatrava-. Una expresión que reúne lo poético literario, la plástica y el pensamiento arquitectónico bajo la forma de un libro." Allí aparecen huellas de su interés por el cristianismo primitivo, los cátaros, la alquimia y los mitos griegos, alusiones a la tensión entre lo racional y lo telúrico, y al valor místico que encierran los números. Una intrincada simbología que se traduce en coloridas litografías y alude desde el mismo título de la obra a la obsesión que presidió cada una de las etapas creativas del arquitecto-pintor: hallar la geometría oculta de la naturaleza.

"Creo que la gran lección que nos dejó Le Corbusier tiene que ver con su capacidad de estar interrogándose continuamente sobre cómo debe habitar el hombre moderno -reflexiona Calatrava-. Una gran pregunta que no varió y a la que fue dando sucesivas respuestas, de acuerdo con el cambio de los tiempos o con su propia evolución personal. En esta época de pensamiento único es de sumo interés recordar a un gran intelectual del siglo XX que nunca se sintió satisfecho con el mundo que lo rodeaba y que hasta el último momento de su vida estuvo planteando alternativas."

EN AGENDA.
Le Corbusier en Buenos Aires: desde el 1° de septiembre hasta el 25 de octubre, en el Museo Nacional de Arte Decorativo, Avda. del Libertador 1902.

¿Pionero del multimedia?

En el marco de la exposición en el MNAD se proyectará el Poema electrónico , obra audiovisual realizada por Le Corbusier tres años después de finalizado el Poema del ángulo recto . "No les construiré un pabellón, sino un poema electrónico y una vasija conteniendo el poema; luz, color, imagen, ritmo y sonido unidos en una síntesis orgánica", respondió el arquitecto cuando la empresa Philips le encargó la construcción del pabellón que representaría a la empresa durante la Feria Mundial de Bruselas de 1958. Le Corbusier diseñó una estructura (demolida poco después) de unos 500 metros cuadrados, cubierta por una caparazón de formas conoides. Prefigurando experiencias que luego realizarían el videoarte, el pop y la psicodelia, el pabellón invitaba a los visitantes a sumergirse en una deslumbrante experiencia sonora y visual.

Su legado entre nosotros

A finales de los años 20, Le Corbusier viajó a Uruguay, Brasil y Argentina, y dictó diez conferencias en Buenos Aires. De los viajes en avión (en alguno de los cuales contó con un piloto de lujo: el aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupéry) que realizó sobre algunas ciudades de la región surgieron dibujos generales y proyectos urbanísticos. De hecho, trazó en 1938 un plan maestro para Buenos Aires. El proyecto nunca se aplicó, pero hoy puede consultarse documentación al respecto en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo o en el Archivo General de la Nación.
Otro proyecto inconcluso fue el que realizó para Matías Errázuriz, el antiguo propietario de la casa y de la colección de arte que hoy constituyen el Museo Nacional de Arte Decorativo (donde tendrá lugar la muestra sobre su obra pictórica). En los años 30, el diplomático le encargó el diseño de una casa en Chile; Le Corbusier trabajó en el proyecto, pero por diversas razones la vivienda no se construyó.

En 1949 diseñó una vivienda para el médico cirujano Pedro Curutchet, en La Plata. La obra se inició a fines de 1949, con la dirección técnica del arquitecto argentino Amancio Williams. Terminada en 1955 (tras Williams, se hizo cargo de la obra el arquitecto Simón Ungar y, luego, el ingeniero Alberto Valdés), la Casa Curutchet es hoy el único proyecto de Le Corbusier construido en América latina.

miércoles, 19 de agosto de 2009

A un año de los Juegos de Pekín, el Nido de Pájaro es un desierto

La obra de los suizos Herzog y de Meuron se utiliza solamente para encuentros especiales porque no llegan a ocupar las 90.000 localidades. En cambio el Cubo de agua, de los australianos PTW, funciona como piscina pública y como sede de algunas competiciones

Noticias de Arquitectura: Peter Harmsen para La Nación

Pekín (AFP). -Si bien el Cubo de Agua (estudio PTW), mítico por los ocho oros del nadador estadounidense Michael Phelps en Pekín 2008, se reconvirtió en cierto modo en piscina pública, el emblemático estadio olímpico conocido como el Nido de Pájaro (Herzog y De Meuron) es como un enorme desierto que no alberga competiciones.

Para China, las instalaciones debían servir ante todo para albergar un momento capital para su prestigio mundial que iba más allá del tema económico", analiza Seth Grossman, director ejecutivo de una agencia de comunicación para el este de China. Según el especialista, los estadios, gimnasios y velódromos, algunos completamente nuevos, debían sobre todo "reflejar el prestigio del Estado", según la concepción china.

Aunque esas instalaciones olímpicas no fueran concebidas como proyectos rentables a largo plazo, su valor inmobiliario no es en absoluto despreciable, por lo que surgieron las especulaciones sobre su futuro, apunta.

El estadio olímpico, que entró en la historia con la denominación de Nido de Pájaro, debido a su peculiar arquitectura, hoy puede ser visitado por el público.

El 8 de agosto último, exactamente un año después de la inauguración de los Juegos, el estadio, con capacidad para más de 90.000 personas, albergó una competición deportiva por primera vez desde el final de los Juegos, el 24 de agosto de 2008: la Supercopa de fútbol de Italia, que enfrenta al Inter de Milán con la Lazio de Roma.

Las autoridades de Pekín desean dar al Nido un tratamiento de lujo, reservándolo para competiciones de prestigio o conciertos de música de primer orden. El fútbol local está fuera del programa. "El gran problema es el tamaño. Con menos de 80.000 espectadores, el estadio parecerá vacío", dice Greg Paull, responsable de R3, una empresa consultora asentada en la capital china.

Por su parte, el Cubo de Agua también recibe visitantes constantemente y abrió una piscina de entrenamiento al público para aquellos que deseen pagar un poco más, aunque los torneos organizados se cuentan con los dedos de una mano.

Algunos piensan que Pekín pretende conservar una imagen inmaculada de estas instalaciones que recuerdan a los chinos su reencuentro con el prestigio internacional.

"El inconveniente (para las autoridades chinas) es lograr que las instalaciones olímpicas conserven la imagen de éxito de los Juegos", juzga Paul Renner, presidente de Helios Partners China, una consultora de márketing deportivo.

Algunas instalaciones sí han conseguido pasar con éxito a la era post-olímpica, al menos en cierta medida.

El Palacio polideportivo de Wukesong (Burckhardt & Partner) centra la estrategia de la NBA para implantarse en el gigante asiático: en octubre, la liga estadounidense de básquetbol organizó un partido de pretemporada entre Denver Nuggets e Indiana Pacers. También están previstos algunos conciertos de música.

Asimismo, el Estadio de los Trabajadores, completamente renovado para los Juegos en el verano pasado (boreal), fue teatro de muchos partidos amistosos de fútbol, con equipos ingleses dando cátedra. El Nido reencontrará un día, también, el sabor de la competición, estiman los observadores.

"Como primer estadio del país, el Nido albergará seguramente a los próximos Liu Xiang (campeón mundial chino de 110 vallas) del mundo en los meses o años por venir", afirma Grossman.

Cabe aclarar que Pekín hace frente al síndrome post-olímpico que muchas sedes han vivido, con Atenas como peor ejemplo. "Usualmente, las ciudades en que el deporte está encarnado en la cultura popular han sobrevivido mejor al asunto", subraya Paull, dando como ejemplos a Sydney, Atlanta y Los Angeles. Según Renner, el Comité Olímpico Internacional (COI) debería prestar más atención a este problema. "Es algo en lo que tendría que pensar en el futuro, antes de atribuir los Juegos a una ciudad", apuntó. Mientras tanto, a un año de los Juegos de 2008, el Nido sigue sin pájaros.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Impulsan hospitales "verdes" como recurso para curar

Medicina sustentable / Una tendencia que crece
Impulsan hospitales "verdes" como recurso para curar
Ayudan a reducir el estrés de los usuarios y son más amigables

Noticias de Ciencia/Salud Fabiola Czubaj LA NACION

Una nueva "receta" con algunos ingredientes arquitectónicos algo abandonados para la construcción y el funcionamiento de los hospitales ya se aplicó en 13 millones de metros cuadrados, en centros de 9 países.

Es una guía con el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud para lograr hospitales urbanos y rurales más amigables con los pacientes y el ambiente. Son los hospitales "verdes", y tanto su arquitectura como los procedimientos médicos utilizados apuntan a obtener beneficios que van desde reducir el estrés de los ocupantes hasta bajar un 60% el consumo del agua y de la energía.

Según los resultados obtenidos hasta ahora, esos centros "amigables" con los pacientes y el entorno demostraron disminuir también la cantidad de infecciones hospitalarias, de errores médicos y los síntomas habitualmente asociados con los edificios "enfermos", como la sequedad ocular, la cefalea, la fatiga, las alergias o los problemas respiratorios.

"La construcción de los hospitales debe representar a la salud. En el siglo XX, el enfoque era tener instituciones. En este siglo, la mirada debe estar orientada a construir ambientes para curar. Con el cambio climático, son suficientes unos pocos grados de aumento de la temperatura para que crezcan las enfermedades infecciosas, las alergias, el asma y el estrés térmico. Esto hará que la gente concurra más al sector de la salud, que deberá liderar entonces las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático", dijo Bill Ravanessi, máster en Salud Pública y director regional de Salud Sin Daño (SSD) en Boston, EE.UU.

Esa coalición de 440 ONG en 52 países ( http://www.saludsindano.org/ ) trabaja desde hace trece años con organizaciones de pacientes y de profesionales de la salud, gobiernos y grupos comunitarios para que el sistema de salud sea "ecológicamente sustentable y deje de ser una fuente de daño para las personas y el ambiente". Aquí, logró que más de cien hospitales ya hayan reemplazado el mercurio de los dispositivos de uso médico.

Los sistemas de salud de 9 países ya adoptaron la guía de más de 600 páginas para remodelar o construir hospitales. "La idea es reducir un 60% el consumo de energía para 2030. Los hospitales usan 2,5 veces más energía y emiten 2,5 veces más dióxido de carbono, gas que contribuye al calentamiento global, que las oficinas comerciales del mismo tamaño", dijo Ravanessi en una conferencia previa al 20° Congreso Latinoamericano de Arquitectura e Ingeniería Hospitalaria, que hará aquí en octubre la Asociación Argentina de Arquitectura e Ingeniería Hospitalaria (Aadaih).

Ravanessi mostró varios ejemplos, desde los reconocidos hospitales de la Universidad de Harvard hasta un centro de salud rural en Ruanda. Todos funcionan con fuentes de energía sustentable (solar o eólica), aprovechan mejor la luz y la ventilación naturales, reutilizan las aguas grises, ya no tienen pisos de PVC y poseen jardines "curadores", entre otras características (ver infografía).

"Venir acá fue la mejor medicina", escribió un paciente oncológico de 12 años en el libro a la entrada del Hospital General de Massachusetts, donde en 1846 se aplicó la primera anestesia general. Allí se invirtieron millones de dólares, pero Ravanessi respondió a LA NACION que ésa no puede ser una excusa: "Las estrategias «verdes» ahorran dinero a futuro. Pasar de un edificio enfermo a uno saludable cuesta un 0,5% del valor de la construcción del hospital".

En el país, por ahora, las prioridades incluyen eliminar el asbesto y mejorar el manejo de las sustancias químicas, los residuos y el uso de depósitos. "La gestión de los residuos aún deja mucho que desear y el almacenamiento de las sustancias está bastante descontrolado. Pero hay gente en el país que sabe con qué medidas mínimas se pueden reducir en el futuro los costos en salud", dijo Verónica Odriozola, coordinadora para América latina de SSD.

Para la presidenta del congreso de Aadaih, arquitecta Alicia Preide, "no hace falta esperar a disponer de grandes recursos tecnológicos; se puede comenzar por las buenas viejas prácticas olvidadas cuando la fascinación del High-Tech nos mareó. Un adecuado asoleamiento, la ventilación cruzada y los tratamientos diferenciales de fachadas están siempre a mano".