Los propios edificios tendrán que generar con renovables la energía que consumen. La Cámara Europea propuso la semana pasada que todos los nuevos edificios residenciales, de oficinas y servicios que se construyan en la UE a partir de 2019 sean de energía cero. El plazo será 2016 en el caso de los edificios públicos de nueva construcción. El Consejo de Ministros de finales de año tiene que refrendar la propuesta.
“Elogiamos la decisión de los legisladores de hacer de los edificios de energía cero la piedra angular de la revisión de esta norma comunitaria”, afirma Arianna Vitali, técnico de políticas para la conservación de la energía en edificios de la organización ecologista WWF. “El potencial que tienen los edificios para ahorrar energía y producirla, a partir de fuentes renovables, es enorme e imprescindible para Europa. Este cambio estructural está a nuestro alcance, pero para que ocurra, es necesario que haya voluntad política”, señala.
Para Evangelina Nucete, técnico de eficiencia energética y movilidad de WWF España, “la tecnología para construir edificios de energía cero ya existe pero barreras como la falta de información y transparencia o la insuficiente capacitación técnica de los arquitectos para diseñar edificios de alta eficiencia energética, no han permitido hasta la fecha una mayor penetración en el mercado”. Nucete piensa que “implantar las medidas adecuadas para que el sector de edificios reduzca su consumo energético es una de las soluciones más efectivas para combatir el cambio climático, mejorar la seguridad energética, propiciar el desarrollo tecnológico e impulsar la creación de miles de puestos de trabajo en toda la Unión Europea”.
40% de la energía y 36% de las emisiones
El 40% de la energía final de la UE y el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero se producen en los edificios. Gran parte de este consumo podría evitarse introduciendo mejoras en el aislamiento, en los sistemas de calefacción y refrigeración y utilizando doble acristalamiento, así como usando sistemas de iluminación eficientes y medidores inteligentes.
WWF también aplaude que el nuevo texto elimine el umbral de los 1.000 m2 para incluir estándares de eficiencia energética en las renovaciones de cualquier edificio existente, independientemente de su tamaño. Con la redacción actual, la Directiva sólo cubre una tercera parte del stock de edificios en Europa, desaprovechando el potencial de ahorro que encierran las pequeñas viviendas residenciales.
“La rehabilitación energética del parque de edificios existente es una gran oportunidad para que el sector de la construcción en España pueda salir de la crisis y reorientar su actividad hacia edificaciones más eficientes y sostenibles”, señala Evangelina Nucete.´
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